El ritual de maquillaje de cada mañana tendrá hoy un final diferente: la chica se arregla frente al espejo, mientras observa de reojo a su pareja con verdadero deseo. Tras aplicarse un poco de colorete, se acerca a su chico para que experimente la suavidad de la brocha y de sus propios besos.
Esta entrada Brochazos de puro amor ha sido publicada en Pasionis.