En un lugar paradisíaco, recostada sobre una cama al aire libre Angélica disfruta de un fin de semana perfecto. Su chico se acerca lentamente para recorrer todo su cuerpo con besos y caricias que, poco a poco, van subiendo de intensidad. A este sitio en el paraíso tan sólo le falta escuchar los gemidos de los dos amantes.
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